lunes, 4 de octubre de 2010

Asiduo Presente

Ausencia omnisciente de eternos instantes.
Difusa frontera, naciones en guerra.
Ha sido y será en esta historia del tiempo,
regente del hombre, su andar en la tierra.

Pasado que dicta en que me he convertido.
Futuro que augura destinos tal vez.
Mas donde se cruzan, será y el ha sido,
asiduo presente, ya viene y se fue.

Presente infinito, mas nunca ha pasado.
Un sólido muro que corta el continuo.
Mas cae en pedazos con solo mirarlo,
brotando segundos que van fugitivos.

jueves, 2 de septiembre de 2010

El Acordeón Mágico

Hola a todos. Este relato es parte de un proyecto que tengo en mente, de tratar de enseñar algunos temas muy matemáticos y/o científicos de una forma completamente distinta. En este caso, sería la programación funcional. La idea es que el relato no tenga ni una sola línea de código, ni referencias a aplicaciones o a ejemplos concretos. La intención es que el que lector se lleve una idea, mas no un 'modus operandi', de la forma más natural posible. Éste sería un capítulo de muchos. No sería el primero, pero posiblemente estaría cerca del principio.

Por favor, si pueden y gustan, lean el relato y déjenme su opinión al respecto. ¡Gracias!

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Capítulo ?: El Acordeón Mágico

Continuo mi travesía por este extraño lugar, caminando sin rumbo fijo y con un destino incierto. Muchas cosas he visto ya en mi viaje, pero aún no logro entender lo que significan. Continúo marchando y a lo lejos logro divisar un pequeño pueblo. Me acerco lo más rápido posible, pensando que podría pedir ayuda a alguno de sus habitantes. Sin embargo, mientras más me acerco puedo ver que en realidad el pueblo es una gran caravana de gitanos, lleno de tiendas de todas las formas y colores. Mas estas tiendas son un tanto peculiares, aunque angostas, todas son increíblemente altas. Algunas incluso parecen perderse en lo alto el cielo.

Estoy tan asombrado por el paisaje que olvidé por completo mi plan de pedir ayuda. Los colores son espectaculares, los olores intoxicantes. Y los sonidos... ¿De donde provendrá esa dulce melodía? Me dejo llevar por mis sentidos y pronto llego a una especie de plaza, donde hay un viejo hombre interpretando lo que parecía ser un raro y traslúcido acordeón. Me acerco un poco más para tener una mejor vista. El viejo hombre parece ser bastante corpulento y alto, con una gran barba negra y espesa que casi roza el suelo. Tiene la mirada perdida y una expresión vacía. Me acerco aún un poco más, impulsado por la curiosidad, hasta que repentinamente el hombre nota mi presencia y se queda completamente inmóvil. El silencio que deja su acordeón es aterrador y desconcertante. Más aún, parece que poco a poco el hombre se voltea hasta donde estoy yo.

Me encuentro paralizado, dividido entre el miedo y la curiosidad. El hombre comienza a gesticular, pero lo que surge en su rostro no es más que una gran sonrisa. Notando que aún estaba desconcertado me pregunta si me interesa su acordeón, a lo que le respondo que si de la forma más respetuosa y calmada que pude. El hombre rompe a reír a carcajadas, advirtiéndome que aún no conozco el poder real de su acordeón y que debía prepararme para presenciar algo único.

Este acordeón, no es un acordeón ordinario. - me dice - Verás, cada uno de estos pliegues tiene su propio sonido particular. Sin embargo, por separado no podrían sostener largas notas o alcanzar el dulce sonido que se espera. Son todos los pliegues, actuando de forma casi simultánea, lo que le da al acordeón su particular sonido. Notando mi expresión de poca sorpresa añade con un tono casi burlista - Pero este acordeón no solo puede interpretar música. Seguido de eso me pide que le alcance unas láminas de papel que estaban en una mesa cercana. Cada lámina parece ser traslúcida y tiene impresa una pequeña mancha negra. Sin embargo, no logro distinguirles alguna forma familiar. Le doy las laminas al viejo hombre, las cuales introduce una a una en los pliegues de su acordeón. Me dice - Ahora, no puedes ver ninguna figura, pero si unimos las láminas verás la magia pasar. Toma el acordeón y lo contrae de forma que las láminas que estaban en el interior parecieran convertirse en una sola. Saca la nueva lámina del acordeón y en ella claramente puede distinguirse una réplica a escala de la caravana completa.

Es la belleza de fundir los componentes y significado de cada objeto en un único y perfecto resultado. - me dice con una sonrisa - Claro está, que podría haber intentado pegar las láminas una a una sobre la otra, obteniendo un resultado similar, pero habría trabajado más y el proceso no sería tan sorprendente. De verdad es un acordeón singular, pero he visto objetos más extraños en mi viaje. ¿Que más puede transformar? - le pregunto. Lo que tu quieras - me responde riendo. Toma unos papeles y escribe algunos números en ellos, los introduce en el acordeón junto con lo que parecía ser un símbolo de adición. Contrajo el acordeón y de repente los números se sumaron, arrojando el resultado esperado de la adición de todos ellos. ¡Eso si que es sorprendente!

Es una herramienta maravillosa que me ha facilitado mucho la vida. - dice el viejo hombre - Solamente tienes que darle los objetos que quieras unir y la forma en que quieras unirlos, el acordeón hará la magia por ti. Me quedo pensando por un momento. ¿Pero que pasaría si uno comprime el acordeón estando vacío? - le pregunto curioso. Es una excelente pregunta y una muy importante, el acordeón no sabría que hacer y podría revertir su magia de formas muy peligrosas. - dice el hombre - Por eso, modifique personalmente un poco el acordeón. Cuando lo utilices, también deberás decirle que esperas que devuelva en el caso de que esté vació. Con las láminas hubiera sido una lámina en blanco, con los números un cero. Todo depende de quieras hacer.

El viejo hombre me entrega el acordeón para que pueda dar una mejor mirada. Sin embargo apenas lo suelta, sonríe y se desvanece en el aire. Instantes después la caravana completa desaparece con él. Reacciono prontamente y me doy cuenta de que estoy nuevamente en el medio de la nada, ahora con este acordeón mágico, pero aún sin saber como regresar. Mientras pienso en que hacer ahora, miro con más cuidado el traslúcido acordeón mágico. Tiene algunas perillas y controles con letras extrañas que no sabría descifrar y en uno de los extremos tallado en elegantes letras de oro la palabra "FOLD". Aún no se porque ese viejo hombre quiso que me quedara con su acordeón, pero tengo el presentimiento de que es parte de mi destino.

sábado, 28 de agosto de 2010

Quiero Ser (Una Canción)

Esta es una canción que escribí hace algunos años (en el 2006), a la cual le hice algunos retoques menores y que ahora quisiera compartir con ustedes. La canción lleva lírica, pero como no tengo el hardware ni el software necesario para incorporarla, está interpretada por un piano. Les dejo las líricas de la canción a continuación. Espero que les guste.

http://ldc.usb.ve/~rmonascal/archivos/Quiero_Ser.mp3

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Quiero ser la luz sobre tu piel.
Quiero estar en cada espacio de tu piel.
Una y otra vez tu figura recorrer
e inundarme con la esencia de tu ser.

Quiero ser el que te haga enloquecer
y con tus besos cada día renacer.
Una y otra vez en mis sueños te veré.
Quiero ser con el que sueñas tu también.

Quiero ser el viento que acaricia tus cabellos.
Quiero ser el fuego que bronceó tu piel.
Quiero ser la luz que posa sobre tu cuerpo.
Quiero ser alguna parte de tu ser.

Quiero recorrer el universo junto a ti.
A tu lado el infinito no es suficiente para mí.
Quiero navegar por tu cuerpo una vez más.
Quiero estar siempre a tu lado y con tu aliento respirar.

Quiero ser el viento que acaricia tus cabellos.
Quiero ser el fuego que bronceó tu piel.
Quiero ser la luz que posa sobre tu cuerpo.
Quiero ser alguna parte de tu ser.

Quiero ser el aire donde tú estés,
para que cuando suspires me respires sin saber.
Quiero estar por siempre junto a ti.
Quiero ser el que te haga sonreír.

Quiero ser el viento que acaricia tus cabellos.
Quiero ser el fuego que bronceó tu piel.
Quiero ser la luz que posa sobre tu cuerpo.
Quiero ser alguna parte de tu ser.

lunes, 2 de agosto de 2010

¿El universo será infinito?

Hace poco, en discusiones teológicas, científicas y filosóficas con mi amiga Krisvely, surgió la siguiente pregunta: ¿Será el universo infinito? Es una pregunta interesante y a la que muchos de nosotros responderíamos impulsivamente que si, pues es lo que la gran mayoría de las religiones e incluso relatos de ciencia ficción proponen. Los que se inclinan más por las explicaciones científicas, dirán que esto no es necesariamente cierto y que se ha logrado medir el Universo, resultando en un diámetro creciente de aproximadamente 92.000 millones de años luz, con una edad también aproximada de 13.700 millones de años.

Ahora bien, cabe aclarar que a lo que se le ha podido encontrar un diámetro es al universo "visible", que está centrado en la Tierra misma. Eso no implica que no exista materia mucho más allá de lo observable. Claro está, esto implicaría que dicha materia tendría que alejarse de nosotros más rápido que la velocidad de la luz, lo cual aparentemente contradice a la relatividad especial de Einstein. Pero tal contradicción es tan solo aparente, pues gracias a la aceleración brindada por la energía oscura y la elongación de la materia y el espacio, estas velocidades relativas pueden ser encontradas aún cuando la velocidad real (desde un punto de vista fijo e inmóvil), ni siquiera se acerquen.

Esto descarta el hecho de que el universo sea finito porque ya se ha medido, pero no demuestra que el mismo sea infinito. En realidad, el universo no podría ser infinito si nos basamos en lo que creemos conocer sobre las leyes físicas que lo gobiernan. Por esto, hay que comenzar haciendo otra pregunta. ¿El universo tuvo algún inicio, o siempre estuvo ahí? Cada quien puede opinar lo que plazca, pues es improbable que alguna vez lleguemos a concluir una verdad sobre esta interrogante. Lo común es pensar que tuvo un inicio. Así lo proponen tanto las religiones, como la ciencia. Al menos que tuvo un inicio la forma en la que lo conocemos actualmente.

Según lo que conocemos de la física (salvando ciertos comportamientos cuánticos a nivel subatómico), el universo nunca trabaja de forma discontinua. Por ejemplo: Es imposible pasar de 1km/h a 100km/h sin pasar por todas y cada una de las velocidades intermedias por al menos un delta muy pequeño de tiempo. Tomando esto en cuenta, supongamos entonces por ahora que el universo si tuvo un inicio. Por lo tanto podríamos considerar, que antes de ese momento el volumen del universo era cero. Consideremos ahora que el universo sea infinito. Algo que si sabemos es que el universo se está expandiendo y cada vez más velozmente. Por lo tanto, con cada instante de tiempo el volumen del universo crece. Siguiendo esa lógica, si dividimos el volumen del universo a la mitad, debe haber existido en el pasado algún instante en el que el universo haya tenido tal volumen.

Como hemos considerado al universo infinito, al dividir su volumen por la mitad resulta que el mismo aún es infinito. Incluso si lo volvemos a dividir una cantidad indefinida de veces, el resultado siempre será igual, infinito. ¡Contradicción! De esta forma no se puede alcanzar un inicio. Si por lo contrario, consideramos el universo finito. Eventualmente la progresiva división convergerá a cero, respetando al menos lo que creemos conocer sobre la física. Hemos llegado ahora a una aparente demostración de que el universo debe ser finito. Sin embargo, hay que tener claro que esta demostración está basada en la subjetividad de nuestra interpretación de las leyes que rigen el universo, y que un universo infinito surgido de formas que sobrepasen nuestra comprensión no es descartable.

Estos son solo algunos pensamientos que surgieron sobre el tema. ¿Que opinan ustedes? ¿Será el universo finito o infinito? Gracias por leer.

miércoles, 21 de julio de 2010

Guerra De Clases

Era una oscura noche en las calles del dominio de los problemas decidibles. A lo lejos podía escucharse el clamor de la eterna batalla entre dos clanes hermanos. La milenaria guerra de sus ancestros. La incesante búsqueda de la igualdad. Mas el problema del clasismo se había vuelto más fuerte en las últimas décadas. Si bien algunos pocos oprimidos defendían la igualdad entre clases, gran parte del mundo estaba convencida de que no existía siquiera comparación posible. Los clanes de P y NP continuarían luchando hasta el fin de los tiempos.

La guerra se hacía cada vez más intensa. Pequeñas familias se unían y el poder entre ellos se complementaba. Turbios negocios se realizaban en la intersecciones de las oscuras calles. El presente era cada vez más gris, y el futuro no parecía aclarar las nubes.

Un pequeño grupo de NP's extremistas, llamados los NP-completos, se aliaron con el clan de lambda y construyeron temibles robots que acabarían con las filas del clan P. Malvados y sin compasión los soltaron a las calles. No pasó mucho tiempo antes de que todos comenzaran a temer a estas máquinas asesinas, terribles autómatas conocidos como las Maquinas de Turing. Sin mucho esfuerzo lograron acabar con el clan P, tomando solo algunos como prisioneros en su prisión de alta seguridad, la implacable prisión del Contexto.

Todas las noches los miembros del clan P veían la estrellas. La más brillante de ellas era la estrella de Kleene. El mundo había sido dominado por el clan NP y las temibles máquinas de Turing aún seguían causando desastres. No se podía continuar así. Un grupo de P's organizó un plan para escapar de la prisión, rescatar al mundo y terminar con la guerra. Con piezas que encontraron a través del patio y las celdas, y una batería recargable que había logrado conservar uno de ellos, construyeron un autómata de pila que distraería a los guardias mientras ellos escapaban.

Pusieron su plan en marcha. Mientras el autómata intentaba reconocer a los guardias y ellos al autómata, un pequeño grupo de P's, camuflajeados en ceros y unos, treparon el muro de la prisión del Contexto hacia la libertad. Una vez afuera, se convirtieron en la única esperanza, incansables luchadores por la paz. A partir de ese momento, fueron conocidos como los legendarios Lenguajes Libres de Contexto.

Para su sorpresa, no pudieron encontrar tampoco rastro del clan NP. Al parecer, las Máquinas de Turing se habían rebelado y habían logrado dominar el espacio. Su malvado líder, la máquina ATM había llevado el mundo a la miseria.

Tendrían que considerar un nuevo plan. Contaba la leyenda que existía un viejo y sabio miembro del clan NP que podría ayudarlos. Sin otra opción, se encaminaron a encontrarlo. Después de un arduo y largo viaje, se encontraron frente a frente a las puertas de un imponente templo. Las puertas estaban cerradas con un gigantesco tronco que mostraba tres iniciales: S. A. T. No terminaron de pronunciar las iniciales cuando se abrieron las puertas y salió un pobre anciano.

Los Lenguajes Libres de Contexto pidieron su consejo al anciano. Consejos sobre como derrotar a la temible máquina ATM y sus seguidores. El anciano levantó la vista y dijo: "La debilidad de ATM está en su poder de decisión". De inmediato, una luz brillante comenzó a emanar del anciano y en un instante, éste desapareció en el aire. Extrañados, los Lenguajes preguntaron a los demás habitantes del templo, que había ocurrido. Pero todos respondieron lo mismo: "Estamos felices por SAT. Pues al fin ha encontrado la verdad".

Así, se fueron valientes a enfrentar a las temibles Maquinas de Turing. Llegaron rápidamente al centro de mando. A un lado, estaba una puerta que decía "NP". Era evidente que allí tenían prisioneros a sus antiguos rivales. Se decidieron a rescatarlos, pero no pudieron avanzar más de un paso cuando se vieron prisioneros de mil cintas que parecían provenir de todos lados. Los Lenguajes lucharon sin éxito, hasta que desde la oscuridad se hizo ver el feroz líder de las máquinas, el poderoso ATM. Implacable, llenó de miedo a los Lenguajes Libres de Contexto.

Uno de estos Lenguajes, por ser finito, logró escapar de las cintas sin ser detectado. Mientras ATM se deleitaba en su victoria, el Lenguaje empujó a una de las máquinas que acompañaba al líder e hizo que cayera sobre el mismo. Por más que ATM intentaba reconocer lo que estaba pasando, no parecía poder decidirse. Aprovechando la confusión, los Lenguajes Libres de Contexto escaparon sus riendas y liberaron al clan NP. Juntos, obligaron al resto de la máquinas de Turing a unirse a la indecisa máquina ATM, quedando presos en sus cintas por el resto de la eternidad.

Así los clanes P y NP hicieron las paces. La guerra acabó y las máquinas fueron detenidas. Liberaron a sus compañeros aún encarcelados. Y sin saber aún si provenían de un mismo linaje o no, pudieron coexistir en paz, en el amplio espacio de los problemas decidibles.

domingo, 30 de mayo de 2010

A veces me pregunto...

A veces me pregunto, ¿que motiva al blanco lienzo?
¿Cual escusa lo ha dispuesto, como cede su pureza?
¿Es acaso algún disfraz, mil colores su promesa?
¿O es acaso ansias de cambio, trazos libres en suspenso?

A veces me pregunto, ¿que motiva a la libreta?
¿Que concluye al soportar mis palabras en su pecho?
¿Como lleva en su conciencia, fantasías a su lecho?
¿Cual será su recompensa, su entrañable y noble meta?

A veces me pregunto, ¿que motiva al pentagrama?
¿Como esconde en si la magia de un sonido que aún no suena?
¿Que lo lleva a revelarse ante un interprete en escena?
¿Como libre y sin pretextos, vida y música derrama?

A veces me pregunto, ¿mas entonces, que es el arte?
¿Mil colores, un pretexto para reinventar el mundo?
¿Mil palabras, el contexto que describe algún segundo?
¿Mil canciones, notas huecas que se llenan al rozarte?

¿Mas realmente importa tanto? ¿Quien lo sabe, si importara?
Pues sutiles fantasías te han descrito lo que siento.
Muchas veces sin palabras, sin colores, sin aliento.
Aunque sea una tenue nota, que tus sueños conquistara.

viernes, 16 de abril de 2010

Los últimos minutos

Este cuento es un remake de otro que había escrito hace tiempo, espero que les guste. :)

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¿Como pude dejar que llegara a este extremo? ¿Como logré convencerme de dejar mi suerte para último momento? Entre inútiles lamentos, continúo interrogándome solo en la oscuridad de mi habitación. La única fuente de luz que se percibe es el escaso y espectral brillo azulado del monitor, reflejándose sobre mi agotado rostro. No se percibe sonido alguno. La habitación se encuentra impregnada de un silencio sofocante, melodías solitarias ahogadas en la nada. Mas desde el exterior se filtra furtivamente el eco de la lluvia. El suave palpitar de gotas suicidas que llegan finalmente a su destino. Es un paisaje trágico y solitario... Uno que ciegamente me he buscado.

¿Como pude ser tan irresponsable? ¿Acaso no había ya aprendido mi lección? Al día siguiente sería el acto de mi graduación. Finalmente, tantos años de esfuerzos y sacrificios se verían recompensados, culminando en una grandiosa ceremonia celebrada en nuestro honor. Sin embargo, confieso me siento acorralado ante una imponente muralla. Para poder consumar ésta meta, debía realizar algunas correcciones, precisas pero fundamentales, a mi libro final de grado. Entre olvidos y descuidos dejé marchar fugaz el tiempo. Tiempo implacable que no perdona, ni se arrepiente. Ahora siento que el mundo entero se me viene encima. La oportunidad que me fue brindada, se desvanece definitivamente a medianoche de éste mismo día. Un día que como muchos otros, he desperdiciado entre fiestas y reuniones. Burdas celebraciones de logros prematuros, que ahora amenazan con legarme su ausencia.

¿Que hora es? Son las once de la noche. Aún estoy sentado inmóvil frente al monitor, con la mirada perdida. Mi conciencia sabe que las correcciones que debo realizar son triviales, pero mis neuronas no parecen coincidir en su veredicto. Mi mente ésta completamente en blanco. Ya solo resta una hora para que el contrato se rompa. Ya solo resta una hora para que el apocalipsis arroje sobre mi alma toda su ira. Ya solo resta una hora para lograr deshacer, lo que tantos años tarde en construir. Mas las riendas del cansancio y el desvelo insisten en frenar mi motivación. Intento zafarme, sacudiendo fuertemente la cabeza. Pero Morfeo en su haber, no parece querer dejarme partir. Y así continúo mirando fijamente la pantalla, con la mente completamente en blanco.

Ya han pasado quince minutos y el cursor continúa en la misma posición. Las riendas que frenan mis pensamientos se han extendido por todo mi cuerpo. Ya no logro mover mis brazos. Mi desesperación se hace cada vez mayor y cada vez menos aparente. Recuesto la cabeza sobre mi brazo izquierdo, intentando pensar, intentando avanzar a través de esta indivisible muralla. Mas mis párpados se cierran involuntariamente. Continúo consiente y los abro decididamente, pero es en vano. Cualquier descuido los encuentra nuevamente cerrados. Fugaces ideas se asoman en mis pensamientos, remotos fragmentos de una cordura olvidada. Mas son consumidas enteramente por el cansancio y la pereza. Estoy consiente de que en esta posición ya no podré avanzar, pero la gravedad aumentada me mantiene inquilino de esta invisible prisión.

Las gotas continúan cayendo y llegando a su violenta conclusión en mi ventana. Cada una al caer me recuerda lo implacable del tiempo. ¡Debo dejar las distracciones y apresurarme! Son ya las once y media de la noche. Las letras se hacen cada vez más borrosas y confusas, no logro concentrarme en su significado. Me propongo buscar un aperitivo para activar mis neuronas. Busco en la alacena y encuentro unas galletas que había estado guardando para otra ocasión. Sin energías para pensarlo demasiado, las tomo una a una y me las como. ¡Que revitalizante! Siento como si las galletas escondieran alguna energía mística y poderosa capaz de reactivar mis ideas y mi motivación.

Ahora solo me quedan veinte minutos y debo aprovecharlos de la mejor manera. Con mis energías repuestas, me planteo terminar con esta misión, completamente seguro de que tendré éxito. Palabras fluyen en un torrente constante de mi mente al teclado, del teclado al monitor. Como si mis manos vida propia tuvieran, llenan la pantalla de caracteres que reparan todos los problemas. Casi sin poder creerlo, me percato de que he logrado mi objetivo. Aún faltan diez minutos y el trabajo finalmente está listo. Solo resta enviarlo a mis jurados, esperar su aprobación y la celebración no habrá sido en vano. ¡Que emoción, podré graduarme! Aún incrédulo, coloco ambos brazos detrás de mi nuca y me apoyo sobre ellos, al fin despreocupado, al fin calmado, por fin realizado.

Abro los ojos y una extraña luz me cega momentáneamente. Paso las manos sobre mis ojos, tratando de recuperar mi vista perdida. Lentamente logro abrirlos nuevamente, pero me siento algo mareado y desorientado. Mi vista vuelve poco a poco y logro distinguir el monitor que aún se posa frente a mi. Intento concentrarme para acelerar la recuperación de mi vista y encuentro el navegador abierto, con un correo a mis jurados redactado y listo para enviarse. Sacudo la cabeza y me dispongo a finalmente enviar el correo, pero esa extraña luz no me permite ver con claridad. No entiendo bien lo que está ocurriendo. Además, me percato que la incesante lluvia se ha detenido por completo. Algo no está bien. Volteo lentamente la cabeza y observo pálido la ventana.

... Ya es día.

miércoles, 17 de febrero de 2010

El día en que llovió colores

Se presiente el alba. El sol despierta de su oscuro letargo y estira sus cálidos rayos a través del lejano horizonte. Bostezos de fuego surcan los cielos y encandilan las nubes, llenando el viento de tibias luces y hermosos colores. Asoma su rostro y solemne se muestra al mundo. ¡Ha amanecido! Es por fin un nuevo día.

Las pequeñas gotas de rocío se reunen para recibir el calor de su eterno ángel, reflejando los colores del alba en tributo a su grandeza. Las hojas se enverdecen. Los ríos cantan al compás de la mañana, y el aire mismo se despeja para dar vista al espectáculo de luces que en el cielo se presenta.

Poco a poco, se impregna el todo y la nada de luces y colores. Pequeños destellos nacen y mueren en lagos, ríos y mares. Las aves acompañan su arte con fugaces silbidos, con sueños en canto. Y se impregnan también del tibio sentir que ofrece el guardián del alba. Esta es la mañana en la que el mundo ha sido el lienzo y la vida sus colores. El sol su gran artista, inspirado y detallista. Este es la mañana en que la luz se ha filtrado, no solo en forma, sino en tibias sensaciones. Este es el día en que tan solo el color de una gota, puede inspirar canciones y poemas. Este es el día en que el calor del sol, puede derretir hasta implacable frío de la soledad. Este es un día, como tantos otros días... Este es el día en que llovió colores.

martes, 2 de febrero de 2010

La Red

A ciegas se mueve, nadando en el viento,
acaricia su rostro, sus alas y antenas.
Sin rumbo o destino, el instinto la lleva,
e incauta se invita a si misma a la cena.

Espera en lo oscuro, escondida en sus telas,
muy quieta, paciente, la cena no tarda.
Se le agua la boca y erizan las piernas,
la incauta se acerca y ahí ella la aguarda.

Y cae en su trampa, atrapada en el aire,
mil riendas la amarran y al viento detienen.
¡Intenta gritar! Mas la fuerza le falta,
mordaza invisible que al miedo conviene.

La Tierra palpita, prisión de mil hebras,
mas calma un susurro implacable mantiene.
No intenta escapar, incapaz y curiosa,
agotada, el final de sus días presiente.

Sin fuerza ni aliento, se siente abrigada,
cubierta en cobijas, no siente su herida.
Se siente con sueño, ya el día se acaba,
sin más se ha quedado por siempre dormida.

Mas cruel no es su historia, ni cruel la asesina,
tal cual el deseo, tal cual es la vida.
Mordaza invisible es el miedo que calla,
implacable susurro es el sueño que inspira.

lunes, 25 de enero de 2010

La Niebla

Vacua sombra, etéreo reflejo.
La forma difusa que pinta el espejo.
Estruendo en silencio, mirada perdida.
Me ahogo en la niebla, implacable homicida.


Si un sueño es la vida, mi vida es soñarla.
Si aún busco un deseo, es desear encontrarla.
Mas niebla implacable, me ciega y me inhibe.
Mostrando la imagen que mi alma describe.


Tan solo un recuerdo, deshecho y dolido.
Esclavo de hechos que no han ocurrido.
Por siempre latente, por siempre esperando.
Por siempre tu esencia en mi vida deseando.

viernes, 8 de enero de 2010

La Puerta

Este es un experimento para realizar una narrativa que sea a la vez fractal y cuántica, así como de intentar describir en detalle sin decir realmente nada. Es un cuento cíclico. Una vez se llegue al final, el inicio continúa con la narración. Así mismo, se puede comenzar a leer desde cualquiera de los párrafos. Espero que les guste, y si pueden me dejen algún comentario, je je. ¡Gracias!

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Ahora me encuentro de pié, en silencio, frente a frente con aquella extraña puerta. ¿A donde me llevará? ¿Será que al fin podré salir de este eterno laberinto? Me lleno de lo que sé son falsas esperanzas, pues en el fondo sé que no hay salida. Tomo el pomo y lo giro firmemente. Con un suave crujido, la deforme puerta se abre hacia el interior. Está oscuro, no puedo distinguir que hay mas allá del marco. Sin embargo un invisible e invencible impulso me obliga a avanzar. Cruzo el umbral y la extraña puerta se cierra y se desvanece detrás de mi. Ya no hay vuelta atrás.

Continúo avanzando a ciegas a través de aquella oscura habitación, hasta que de pronto todo se ilumina. Cierro los ojos, encandilado por la intensa y repentina luz. Mas cuando los vuelvo a abrir, se muestra ante mí una increíble figura. Nunca había visto tal armonía, tal majestuosa composición de colores y formas. Cada rasgo de su presencia me sorprende y encanta. La luz se refleja solemnemente sobre sus caras en perfecto equilibrio con las oscuras sombras que de las mismas surgen. Podría quedarme observándolo por días, semanas, sin cansarme nunca de su encanto. Pero así como de pronto apareció, se esfumó en la nada dejando una etérea neblina blanca, casi invisible en su lugar.

Aún confundido por la conmoción, decido continuar avanzando a través de la nada. Aún iluminada, la inmensa habitación se mantiene a oscuras. Me siento aún ciego y desorientado, pues tan solo un perfecto blanco se distingue hasta donde mi vista alcanza. Muevo las piernas, y me siento avanzar. Pero si de solo mis ojos me fiara, estaría convencido de que me encuentro completamente quieto. De pronto, difusas figuras comienzan a distinguirse en el horizonte. Son muchas figuras, de diferentes formas, colores y tamaños. Parecieran estar inertes, pero se me acercan mucho más rápido de lo que siento me estoy moviendo.

Por fin he llegado, y me encuentro rodeado de una infinidad de diferentes puertas. Cada una tiene una forma diferente, y las hay de muchísimos colores. Sin embargo, ninguna se parece a la puerta que me condujo hasta aquí. Ya cansado y muy confundido, me siento un momento a reflexionar sobre lo que debo hacer a continuación. Por una parte, en esta habitación estoy seguro. No hay nadie más que yo, pero por alguna razón, estoy seguro que jamás padeceré de hambre, de sueño o de sed. Mas no quisiera estar solo por siempre. Debo partir, pero ignoro los peligros que puedan esconderse a través de esas extrañas puertas.

Debo llegar a una conclusión. No me quedaré esperando la muerte en compañía de la nada. Escogeré una puerta y la cruzaré sin importar las consecuencias. ¿Pero que puerta escogeré? Aún sentado, cierro los ojos y me imagino cada una de esas puertas. Mi mente curiosamente dirige su atención a una de ellas. Intento imaginar que pasaría si intentara cruzarla. Aún desde mi imaginación, me pongo de pié y camino lentamente hacia esa misteriosa puerta. Es una extraña y deforme puerta en verdad, pero por alguna razón me ha llamado hasta ella. Ya me encuentro muy cerca, siento que casi puedo tocarla. Debo intentar cruzarla, aunque sea solo en mi mente. No podré asegurar que la realidad así sea, pero al menos hallaré el valor para atravesarla luego.