martes, 5 de mayo de 2009

De Vuelta...

Con cada instante que pasa me acerco más y más a mi destino. Toda mi razón y mi lógica me dicen que vuelva, que no siga, pero cada átomo de mi ser me impulsa a continuar avanzando. Y sigo, rumbo a mi destino, con paso lento pero firme. Cada pisada trae consigo un manantial de recuerdos, de inolvidables recuerdos. Recuerdos de un lugar que dejé hace ya mucho tiempo. Ese mismo lugar al que ahora me dirigo.

Navegando éstos recuerdos me encuentro con momentos hermosos, llenos de alegría y regocijo. Todo aquello que alguna vez ahí conocí, no podría explicarlo con palabras, ni podría reproducirlos en este sitio. Como extraño esos sentimientos. Como extraño sentir. Como extraño ser. Pero no todo fué alegría en aquel lugar. De igual o mayor manera me sentí frustrado, me sentí dolido. Ese sitio me enseñó a reir, me enseñó a amar; pero también me enseño a llorar, me enseño a odiar. ¿Como puede un lugar tan hermoso estar plagado de tan horribles escenarios?

En mi soledad, he reflexionado y analizado mi estadía en aquel sitio, mi destino. Aquí todo es calmo, todo es negro. Estar en ese lugar fué estresante, frustrante, deseperante, muchas veces estridente, insoportable. ¿Por que volver? ¿Para que volver? Como quisiera volver... ¡PERO NO! Toda mi razón me niega la vuelta a ese sitio. Aquí me quedo. Aquí todo es calmo, todo es negro. ¡Todo es calmo! ¡TODO ES NEGRO! Me quedaré, y más nunca sentiré felicidad, ni amor, pero tampoco sufriré, ni haré sufrir. Me quedaré aquí, confinado a una soledad eterna. Estoy firme en mi decisión ¡Aquí me quedo! Esto grité con todas mis fuerzas, mientras mis piés dan aún un paso más.

Continúo avanzando, divagando en mis pensamientos. ¿Que pasa? Ya no todo es calmo, no todo es negro. A lo lejos puedo vislumbrar una luz. Que extraña vista. Que desconcertante. Que espectacular. Tenía ya tanto tiempo en esta negra calma, que ya no recordaba la luz. Que sentimiento tan intenso, tan alegre. Un momento... Esto me parece familiar. ¿Es esto... sentir? Debo estar errado. Pero no. Mi cuerpo empieza a percibir el calor de la luz que me atravieza. Que extraño, no recordaba ya mi cuerpo.

Repentínamente, la intensidad de la luz se incrementó hasta hacerse segadora, y pude notar como volvía a tomar forma, como volvía a ser. Pero mi cuerpo... Está diferente. ¿Donde estoy? Puedo sentir las caricias y el amor de aquellos quienes me rodeaban. Nuevamente, despues de tanto tiempo, no estoy solo. Esto es magnífico. Que sentimiento tan profundo. ¿Como pude dudar en volver? Pero, un momento... ¿Volver de donde? ¿Donde estoy? No puedo recordarlo. Siento como poco a poco mis recuerdos, mis pensamientos, se diluyen en el flujo de un llanto involuntario. He vuelto a ser, pero ya no soy yo. ¿O sí? Todo lo que conocía se ha ido, todo lo que he pensado, todo lo que he sentido. ¿Pero sigo siendo yo? No lo sé, ya no sé nada. ¿Quien soy? ¿Que soy? ¿?

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